Debido al movimiento de translación de la tierra en la órbita solar tenemos la percepción de que el sol va saliendo desde diferentes lugares conforme avanza el año. Estudios arqueoastronómicos como el de Rafael Zimbrón han ubicado tres lugares alineados para observar el amanecer al entrar el invierno: desde la cima del cerro de Xochitepec, el sitio conocido como Piedra larga en los límites de Santa Cruz Acalpixca y San Bartolomé Xicomulco, y desde las terrazas orientales del cerro del Cempoaltepetl en San Pedro Atocpan, se puede observar el día correspondiente al solsticio de invierno, es decir cuando la tierra está más alejada del sol, el nacimiento del astro solar justo encima del cráter del Popocatépetl.
Este acontecimiento ha hecho que de unos años a la fecha, habitantes de Xochimilco y de diversos lados acudan a estos tres sitios a presenciar el acontecimiento. Y según la mitología mexica, también se le relaciona con el nacimiento de Huitzilopochtli, deidad relacionada con la guerra, cuyo nacimiento se celebraba justo durante el solsticio de invierno. Esa fecha cae regularmente en 21, 20 o 22 de diciembre, en pleno apogeo de las posadas, unos días más tarde se celebra la Navidad, o el nacimiento del Niño Dios. Según algunos relatos orales, se menciona que en el interior del Niñopa se encuentra una pequeña figura de piedra de Huitzilopochtli, lo que nos lleva de nuevo a pensar en un sincretismo que se amalgamó entre la cultura europea y la mesoamericana.